Hoy día, como muchos de tus días transcurridos, tienes el Internet que has contratado a un Proveedor de Servicios Internet (ISP), navegas desde tu PC, tablet o móvil; eres usuario de contenidos para TV vía Internet como Netflix u otros. Descansas en la tranquilidad de que al pagar mensualmente por el ancho de banda que has elegido, tienes el tácito derecho de usarlo como te plazca, en libertad. Esto es lo que hasta ahora ha ocurrido, sin embargo, este escenario podría cambiar drásticamente.
Imagina un escenario en el que las más grandes empresas proveedoras de contenidos por Internet como Netflix, Facebook, YouTube, Google, Microsoft, u otras paguen a las empresas proveedoras de Internet para tener prioridad para llegar a ti a través del ancho de banda que has contratado para navegar; es decir, que paguen derechos para reservar una porción de tu ancho de banda y así llegar a ti con más fluidez y estabilidad en la conexión desde tu equipo hacia sus servidores.
¿Cómo sería posible que Internet pierda su neutralidad?
Algo ha ocurrido en un escenario lejano jurídicamente hablando pero que queda a la vuelta de la esquina en lo que a Internet se refiere. “Una corte de Washington tomó una de las decisiones más importantes en los últimos 20 años, en cuanto a regulación de servicios de comunicación en Estados Unidos. El dictamen tiene varias implicaciones y podría cambiar la estructura de Internet como lo conocemos. El tema es algo complicado e involucra muchas leyes y terminología jurídica, pero en esencia, la corte dictaminó que la Comisión Federal de Comunicaciones de EE. UU. (FCC, por sus siglas en inglés) no logró justificar las estipulaciones básicas de un Internet abierto en donde no se discrimina ni bloquea información, lo que se denomina neutralidad de la web. En palabras simples, esto significa que compañías proveedoras de banda ancha dejarán de ser únicamente las “tuberías” por donde pasan datos y ahora tendrán injerencia y podrán intervenir en el flujo de información que pase por su red, de acuerdo con su contenido.” (Fuente: Qore.com)
¿Por qué las ISP no se contentan con el hecho de que las empleemos como tuberías para que la información se trasmita de un punto a otro a cambio de lo que uno paga por su acceso a Internet?
Las empresas proveedoras de Internet, ISP (Internet Service Provider), invierten cuantiosos recursos económicos en mejorar su infraestructura para proveernos de un Internet ágil y estable, y por la infraestructura que ellas crean, viajan los datos de los proveedores de contenidos que llegan a tu pantalla sin pagar “peaje”. Con el precedente jurídico dado, esto podría cambiar a futuro ya que las ISP parecen haber lanzado el famoso grito de reclamo “¡y se la llevan fácil!” en contra de las empresas que viajan por su infraestructura para llegar a ti ya que éstas emplean sus redes y las saturan obligándolas a invertir más recursos para mejorar sus infraestructuras y dar un buen servicio.
Hasta aquí pareciera que todo va en beneficio tuyo como usuario ya que puedes decir – “Qué más da!… si el resultado será que llegará a mí lo que deseo ver en Internet de un modo más ágil y estable! entonces, está bien! ¿no?” – Sin embargo, si llegara a imponerse este escenario a nivel global, ¿cómo podría llegar a ti con agilidad y estabilidad un creador de contenidos que no pague este “peaje” a tu ISP?
Aquí radica lo grave del asunto ya que tu libertad de navegar en Internet se vería en cierto modo circunscrita a determinado tipo de contenidos que por llegar a ti con agilidad terminen por lograr tu fidelidad como usuario y la filosofía que hizo posible la existencia de Internet quedaría enmarcada en el modelo “pay to arrive“, al perfecto estilo de un peaje diferenciado que tentará a las ISP a favorecer a los generadores de contenidos en la nube que más dinero compartan con ellos.
La complicación jurídica parte desde una decisión tomada por la FCC en el año 2,002 y que aplica para Estados Unidos. Entonces se clasificó a los proveedores de Internet como servicios de información, en lugar de servicios de telecomunicación, como ocurre con las compañías telefónicas que operan como un proveedor de infraestructura por donde pasa la información ya que transporta los datos de una llamada, de un usuario a otro sin importar su contenido o finalidad.
La diferencia de clasificación entre un servicio de información y uno de telecomunicación, marca una gran diferencia ya que las estipulaciones que rigen a un ISP como un proveedor de servicios de información, les otorga poder sobre el tipo de contenido que circula por su infraestructura.
Esta situación sienta un precedente que pone en riesgo la libertad del Internet ya que los ISP podrán decidir qué contenido presentarnos y a qué hora. Esto convertiría Internet en otra rama de la estructura de poder de las grandes corporaciones. De propagarse este modelo de negocio, los ISP, proveedores de servicios Internet, se beneficiarían económicamente pero se limitaría la innovación en ambientes que dependen totalmente de la libertad en el flujo de información.
Gracias a esta libertad y neutralidad han nacido y crecido los grandes proveedores de contenidos en la nube tales como Google, Facebook, Twitter, YouTube u otros.
Estamos de acuerdo con Qore.com en este manifiesto: “Internet es de todos y de nadie al mismo tiempo, es un derecho y el libre acceso a él no debería depender de ninguna compañía o conglomerado comercial. Es importante estar al tanto de todo aquello que ponga en peligro la neutralidad de la red, responder y difundir cualquier amenaza que ponga en peligro el libre flujo de información, pues Internet es un medio de comunicación que ha revolucionado al mundo, y es precisamente la ausencia de control en el tipo de datos que circula por sus redes y la compartición sin restricciones tanto de conocimiento como de diferentes puntos de vista lo que ha llevado a la humanidad a una nueva era.”